La historia de Carlos e Ivonne, Part 2

Carlos e Ivonne eran ambos salvadoreños, pero se conocieron en las calles de Los Angeles. El tenía diecisiete años y ella tenía quince cuando se enamoraron. Ivonne soñaba con una vida distinta y lejos de la vida con su tía Mormona, quien la forzó a trabajar como sirvienta. Con Carlos ella pensaba hacer realidad sus sueños.

Cuando nació su niña Andrea un año después, los dos estaban felíces. Pensaban que la vida juntos era casi perfecta.

Carlos e Ivonne descubren que con un bebé todo cambia. Se preocupan sobre la seguridad en el barrio donde viven. Ninguno de los dos terminaron sus estudios. Es difícil encontrar trabajo. Sus problemas de dinero, hacen más difícil que se aprecien uno al otro.

Con prismáticos en mano, Carlos se fija si hay enemigos de otra pandilla, en las calles antes de salir de su apartamento con su novia Ivonne y Andrea, su bebé.

Por un tiempo un bar le pagaba a Ivonne por bailar y tomar con hombres. Por motivo de tener sólo dieciseis años, llevaba una cartilla de identidad falsa para proteger al dueño del bar de problemas con la policía por contratar menores.

Por cada trago que un hombre le compra, recibe un ticket que debe guardar. Al final de la semana, los canjea por dinero. Le pagan dos dólares por trago vendido.

Carlos se siente celoso de los hombres que van al bar donde trabaja Ivonne. Aún más, se siente enojado y avergonzado por no sentirse capaz de proveer a su familia. Él intenta cada tipo de trabajo que se le ocure con la esperanza de liberar a Ivonne del trabajo en el bar.

Cuando sale de su trabajo en construcción, Carlos vende heroína para ganarse la vida. Según Carlos: “Por lo menos yo estoy trabajando, no viviendo del bienestar del gobierno.”

Carlos e Ivonne discuten por dinero. Ivonne quiere que él deje la pandilla. Finalmente, cuando Carlos tiene éxito y encuentra trabajo manejando un taxi, convence a Ivonne de que puede cuidarla a ella y a Andrea. Se reconcilian y deciden intentar seguir viviendo juntos como una familia.