Destiny's Children: A Legacy of War and Gangs

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La historia de Carlos, Parte 2

CARLOS: Yo fuí el lider de una pandilla, tal vez no tanto un veterano, sino mas un “vato” (hombre joven) que llevaba palabra. Todos te toman como un ídolo, Todos lo toman como, “Yo quiero que me respeten. Yo quiero…”

CARLOS: Pero, ¿qué verdaderamente es el respeto pues? ¿Qué verdaderamente es la vida?

Aunque Carlos se queda firme con los vatos de la pandilla Calle Dieciocho, él comienza a pensar sobre su familia y su futuro.

CARLOS: O sea, la vida callejera formaba parte de mi vida. Porque yo tenía una rutina diaria de salir, todos los días temprano. Levantarme a las seis de la mañana, medio desayunar, vestirme y salir al campo a trabajar la milpa.

CARLOS: Después de la milpa, tipo medio día, regresaba a mi casa a bañarme y me iba al barrio.

CARLOS: Es como pensas en algún momento fuistes pequeño y nunca tuviste ese amor que quisistes que pudieron dar. Entonces besá un pequeño y te da esa harmonía de poder abrazarlo.

CARLOS: Por lo menos a mí me nace esa harmonía. Me da gusto sentirlos y abrazarlos y verlos reir.

CARLOS: Para mí es una alegría vivir en mi mundo natural. Eso era mi vida. También la milpa me daba de comer — en el desayuno, en el almuerzo y en la cena — por lo tanto tengo que trabajar porque si no, no como.

Carlos tiene sentimientos mezclados. El trabajo es duro para su mamá.

CARLOS: Otra gente mira ese trabajo en una manera distinta.

CARLOS: Por lo menos en Guatemala la gente es tan racista. Lo toman como, “Ah éste es un animal. Sos campesino. Campesino nacistes y campesino te vas a morir.”

CARLOS: Mi mamá siempre quería con Annie, la más pequeña, vestirla de típico, vestirla indígena. Por lo tanto, es como la princesa de la casa.

CARLOS: En el campo sos el rey, porque nadie te puede mandar.

CARLOS: Siempre me aconsejaba, siempre me daba buenos consejos. Luchaba para hacer sentir bien a mi mamá y que tuviera una buena imagen mía aunque era muy difícil porque la gente ya me había pintado mal.

CARLOS: Mi mamá fue partera. Ella fue una comadrona. Una persona que no le importaba si estaba enferma, no le importaba si tenia una fiebre, y cualquier enfermedad, ella salía y salía a atender a la gente.

CARLOS: Y no le importaba dónde, habian veces que tenía que caminar horas para llegar al lugar. Se sentía felíz de su trabajo. Creo que ella nació con un don de poder mantener viva a mucha gente.

CARLOS: Siempre te rechazan: porque no vienes bien vestido, porque tenés cara de delincuente, porque tenés cara de indio. Esa es la lucha interna que tenes, de no ser rechazado.

CARLOS: Realmente qué es lo más importante: ¿Es tu imagen? ¿O es el conocimiento que tenés?