CARLOS: No aceptando muchas cosas, he creído que la vida es injusta para muchas personas.
Carlos descubre que tu mamá tiene cancer.
CARLOS: Después de saber que a mi madre le quedaba poco tiempo de vida, cuando le prognosticaron cáncer de la matríz muy avanzado, al que no había posibilidades de sobrevivir.
CARLOS: Se internó, en sus ultimos días, en un hospicio al que se recurría con enfermedades muy avanzadas para mantener las [personas] tranquilas, sin ningún dolor en sus últimos
CARLOS: Niños y niñas con SIDA que jugaban en las afueras, ignorantes completos [de que estaban enfermos]. Señoras y chavitas con cáncer y SIDA y a las que sólo tenías acceso con máscarias y guantes para que no te contagiaras.
CARLOS: Es muy difícil aceptar ahora que ya no tengo madre.
CARLOS: Después de ser la única persona que me apoyaba y conocía de mi más que nadie.
CARLOS: Mi gran illusión y motivación por salir adelante me lo producía mi madre.
CARLOS: A la que después yo agredecí saliéndome de las pandillas. Y hacer de ello el reflejo soñado de una madre.
CARLOS: Ahora ella ya descansó. Ha sido muy difícil aceptarlo. He estado sufriendo constantemente su perdida, y su muerte que fue muy dolorosa. Pero las cosas son así y no hay para dónde.
CARLOS: Sólo quiero que sepa en donde quiera que esté del sueño que un día le comenté al oído y que ahora lucharé con muchas fuerzas para sacarlo adelante. Ya que mi sueño más grande ha sido la de hacer arte. Y eso ella en el cielo siempre lo sabrá.