Destiny's Children: A Legacy of War and Gangs

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La historia de Edgar, Part 4

A sus dieciocho años Edgar, conocido por sus amigos como el “Shy Boy,” vive con miedo a la muerte. “Hay mucha gente acá que me quiere matar. No me refiero a pandilleros. Me refiero a la gente realmente mala de los círculos del crimen organizado y otra gente que simplemente nos odia.”

También, los recuerdos de la guerra durante su niñez lo persiguen todavía.

En 1982 en este campo de futból, Edgardo presenció la matanza de los hombres de su pueblo, realizada por el ejército salvadoreño. Su papá desaparació y sus tíos fueron asesinados. “No podíamos enterrarlos,” recuerda Edgardo. “Si intentabamos hacerlo, los soldados decían que eramos comunistas y nos podían matar también. Los perros llegaron y pronto sólo quedaron los huesos.”

“Tenía miedo de que alguien me matara,” dice Edgardo. Dejé la ciudad y pasé con mi abuelo un mes. Mi novia se rehúsa a hablar conmigo ahora debido a que me fui.”

Una carta de su mamá, procedente de Los Angeles, está esperandole en casa de sus abuelos. “Mi querido Edgardo,” escribe ella, “todo lo que quiero para tí es que encuentres paz y felicidad. ¿Por qué no permaneciste con mi papá? El es viejo y podría necesitar tu ayuda.” Edgar levanta la mirada mostrando lágrimas en los ojos.

Edgardo visitia la tumba de su hermano en El Salvador con frecuencia. La mamá de Edgardo dice que su hijo José estaba besando su novia dentro de un carro estacionado en la calle en Los Ángeles cuando pandilleros les balearon. La pandilla de la muchacha era enemiga mortal de la pandilla de su hijo. La novia sobrevivió heridas serias, pero José murió en el instante.

Edgardo piensa en quedarse para ayudar a su abuelo, pero se inquieta facilmente. El trabajo agotador de los campesinos es demasiado difícil para su abuelo, pero a él le hace falta la acción de la ciudad. Cuando se da cuenta de los rumores de que su novia se va a ir con otro, Edgardo vuelve a la pandilla.

“Me siento enojado con ella, pero la amo,” Edgardo dice. “Ahora no me importa nada.”

Algunos de los amigos de Edgardo han muerto en peleas de pandillas. Otros fueron asesinados por un escuadrón de la muerte conocido como “la sombra negra.” Ahora están inmortalizados en los grafitos que dicen: “Por los Homeboys. Viven en nuestra memoria.”

Ahora Edgardo vive en una casa de la pandilla y pasa todos los días drogándose.