El 20 de febrero del 2002, un emotivo presidente colombiano Andrés Patrana anunció la decisión de su gobierno de detener sus tres años de esfuerzo en negociar una solución a la guerra de más de 37 años con guerrillas de una de las más grandes y duraderas insurgencias en Latinoamérica—las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El golpe de gracia al Proceso de Paz vino antes ese mismo día cuando los rebeldes de las FARC secuestraron un avión y a uno de sus pasajeros—el senador Jorge Gechem, presidente de la Comisión de Paz del Senado.
Estos acontecimientos llevaron a un mayor enfoque hacia una política gubernamental y una dependencia casi exclusiva de una perspectiva militar en los análisis de la dinámica del conflicto. Además de la estructura motivacional de los partidos en conflicto fueron reinterpretados como una lucha contra el terrorismo y más especifico con el narcoterrorismo.
Esto afectó efectivamente el entendimiento sobre la dinámica del conflicto de múltiples factores motivacionales históricos. Colombia es un país con una historia de exclusión social, una ausencia de instituciones de estado (aparte de las fuerzas armadas) en muchas áreas del país así como complejas dinámicas de retribución en un conflicto en el que cada lado ha sufrido pérdidas terribles.
Fue un fracaso con consecuencias no sólo para Colombia, sino también para Centro América y Estados Unidos.
Enlaces:
- Línea de tiempo de la BBC sobre la historia de Colombia
- Ideas para con un enfoque sobre soluciones sostenibles al conflicto en Colombia