El 29 de diciembre de 1996, fueron firmados los Acuerdos de Paz en Guatemala, trayendo consigo el fin de una guerra civil de treinta y cinco años. Los Acuerdos abrieron la puerta a una reconstrucción civil masiva y a las reformas socioeconómicas que tanto necesitaba el país. Desalentadores obstáculos persisten.
Las causas de la guerra—pobreza extrema, discriminación racial, distribución desproporcionada de la riqueza nacional y de sus recursos—permanecen sin cambio. Las condiciones socioeconómicas de 1996 continúan igual para aquellos que viven en Sudáfrica bajo el Apartheid. Aunque los mayas componen un 80% de la población nacional, son tratados como una minoría de facto. Desterrados de sus tierras durante la conquista española y durante la colonia, desplazados a través de los años del conflicto, muchos son migrantes sin tierra. Muchos sufren de altas tasas de analfabetismo, malnutrición y el país ocupa en sí el segundo lugar en el índice de mortalidad infantil después de Haití. A pesar de estas condiciones, los mayas han mantenido sus veintidós idiomas, su cultura y sus creencias religiosas rehusándose fuertemente a la asimilación.
La Guerra civil surgió de estas condiciones. La respuesta militar guatemalteca fue brutal. En la década de los 80 su campaña contra-insurgente dejó un saldo de 200,000 víctimas civiles, en su mayoría de origen maya, después de una campaña de tortura y de exterminación por el ejército y patrocinadas oficialmente por escuadrones de la muerte. Algunas 440 aldeas mayas fueron destruidas; miles de sobrevivientes se vieron forzados al exilio. A pesar de que la población maya sufrió del peso de la represión, aquellos que trabajaban para alcanzar reformas fueron callados también. Miembros sindicales, académicos, líderes religiosos, disidentes políticos y líderes de organizaciones en pro de los derechos civiles fueron liquidados y su trabajo fue destruido.
Es por el trabajo de dos grandes proyectos de documentación que los hechos han salido a la luz: El primero, Guatemala: Nunca Más que inició en 1995 por el arzobispo guatemalteco Juan Gerardi y publicado en 1998. Gerardi fue asesinado días después. El segundo, Guatemala: Memorias del Silencio, fue iniciado después de los Acuerdos de Paz de 1996 por un equipo patrocinado por Naciones Unidas y publicado 1999. Antropólogos forenses continúan trabajando para identificar a las víctimas de la masacre sumando otra capa de evidencia científica y restauración para dar al menos un entierro digno a las víctimas y a sus familiares sobrevivientes.
Enlaces:
- BBC: Reportaje sobre Genocida. Solo en inglés.
- The Guatemalan Documentation Project en el archivo de seguridad nacionál en la Universidad de George Washington. Solo en Inglés.
- Memoria del silenci: reportaje de la comision de la verdad de la ONU. En español.