1983-1984: Origen de la Mara Salvatrucha

Bajo las amenazas de las pandillas de chicanos y afro-americanos, los jóvenes inmigrantes salvadoreños rebeldes formaron su propia pandilla: La Mara Salvatrucha.

El primer grupo de la MS se reunía en la esquina de una tienda en Koreatown. Ellos se llamaban así mismos la Mara Stoners: Mara porque en El Salvador describe a un grupo cercano de amigos y “Stoner” por fumar marihuana.

Jóvenes de la Mara Salvatrucha marcan su territorio con graffiti, Los Ángeles, EE UU. Derechos reservados || Donna De Cesare.

Provenientes de El Salvador, en Estados Unidos escuchaban más que nada la música heavy metal. Estaban orgullosos de su estilo salvadoreño –pelo greñudo, jeans rotos y apretados- pero al poco tiempo se dieron cuenta que estaban fuera de sintonía con la moda de los barrios chicanos de Los Ángeles.

Los “cholos” que dominaban la cultura pandillera de los Ángeles escuchaban “oldies” o “hip-hop”. Usaban pelo corto o la cabeza rapada, camisas y pantalones grandes bien planchados. Todo esto era un fuerte contraste entre los “cholos” y la apariencia fachosa y rebelde de los MS. Los choques por orgullo y etnia entre la Mara Salvatrucha y estas pandillas fueron cada vez más violentos.

Gradualmente, miembros de la MS que acababan en centros de detención juvenil y en prisión empezaron a aceptar el “estilo cholo”, pero para sobrevivir en la cárcel donde los salvadoreños eran la minoría, adoptaron una nueva imagen agresiva y el nombre — Mara Salvatrucha.

Adentro del sistema penal del sur de California, los miembros de la MS se dieron cuenta que aquellos latinos que no se integraban a la Mafia Mexicana, se quedaban completamente aislados. Durante la década antes de que la Mara Salvatrucha se integrara a La EME (como se llama la pandilla de la prisión), pudieron soportar los abusos humillantes y ataques violentos en contra de ellos, y por necesidad, se crearon una imagen y reputación de ser una de las pandillas más violentas y locas de Los Ángeles.

El mito creció debido a ciertas realidades complicadas. La mayoría de los miembros originales de la Mara Salvatrucha eran jóvenes inmigrantes de El Salvador. Algunos tenían experiencia como niños soldados reclutados forzosamente por el ejército salvadoreño o por haberse unido a parientes que formaban parte de la guerrilla. Los que no habían sido “soldados profesionales” tenían memorias horribles y traumáticas de las violaciones a los derechos humanos. Muchos habían presenciado este tipo de abusos y la pandilla era una hermandad con la que compartían los problemas emocionales y el sufrimiento.

El mito de que los jóvenes de la pandilla MS eran los más asesinos de todas las pandillas de Los Ángeles era un mito que ni las fuerzas de seguridad ni los Salvatruchas tenían interés en negar o discutir. A través del tiempo, el resultado de esa percepción ha sido trágico e injusto. La combinación de la mala propaganda, el estigma y el miedo los vuelve chivos expiatorios o víctimas fáciles de los rumores.