1846-1848: Guerra México-Americana

La Guerra México-Americana cambió profundamente la historia de ambos países. Fue la primera guerra extranjera peleada por EE UU. Se peleó casi completamente en lo que en aquel entonces se consideraba parte del país mexicano. Para México, la guerra fue una herida nacional. Poco tiempo después, cada país se enfrentaría a una guerra civil.

Batalla del Molino del Rey, la guerra México-Americana. Litografía por James Bailie, 1848.

Estados Unidos sufrió pérdidas. Más de 5,800 estadounidenses murieron o fueron heridos en batalla y 11,000 soldados fallecieron por enfermedades. El enorme gasto económico de la guerra excedió los $75 millones de dólares, una cifra impresionante en esos tiempos.

En Estados Unidos estos gastos se justificaron por la doctrina del Destino Manifiesto. La conquista territorial hizo de Estados Unidos una potencia continental con riquezas adquiridas a expensas de México. Estados Unidos adquirió depósitos de oro y plata en los territorios de California y los puertos de la costa del Pacífico.  Estas riquezas  nuevas contribuyeron a la expansión económica y a la migración hacia el oeste, pero al alterar el balance entre estados de libertad y estados de esclavitud, las riquezas de la guerra con México incrementaron las tensiones que condujeron a la Guerra Civil de Estados Unidos.

No todos los estadounidenses estuvieron de acuerdo con la guerra contra México. En el verano de 1846, el escritor Henry David Thoreau la protestó al rehusarse a pagar su impuesto de votante. Lo mandaron a la cárcel en Concord, Massachusetts. Su amigo Ralph Waldo Emerson que también estaba en desacuerdo, pero creía que las protestas no servían de nada, pagó ese impuesto y dejaron a Thoreau salir en libertad. Sin embargo, dos años más tarde, Thoreau dio un seminario que se intitulaba “La resistencia al gobierno,” el cual se imprimió como un ensayo que inspiró a futuras generaciones de disidentes por todo el mundo: “Desobediencia civil”.

Para México, la guerra presentó una serie de tragedias. Además de las pérdidas de riquezas y de territorio y las miles de muertes militares y civiles en batallas, la guerra dejó cientos de miles de huérfanos, viudas y lisiados.

La guerra y la derrota provocaron la inestabilidad política en México y produjo un nuevo régimen déspota y eventualmente otra guerra civil—la Revolución Mexicana.

Hasta la fecha, los mexicanos siguen lamentando las consecuencias de la guerra que llaman “la intervención norteamericana”. Destruyó un sentido de honor nacional, redujo el territorio y las riquezas de México, y creó sentimientos profundos y permanentes de resentimiento, sobrentendido, hacia los Gringos.

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